La experiencia HOTLINE | Experimento social misterioso en el Auberge St-Gabriel
LÍNEA DIRECTA: No se trata de una búsqueda de pareja, sino de un viaje inmersivo
En el corazón del Viejo Montreal, donde las calles adoquinadas se encuentran con ritmos palpitantes, algo inusual ocurrió el domingo 3 de septiembre, durante el último fin de semana largo del verano. Un templo de la vida nocturna, el Auberge Saint-Gabriel, se transformó temporalmente en un caldero de jóvenes brujas con fascinantes actuaciones burlescas y atractivas conexiones sociales.
El emblemático hotel albergó el lanzamiento de Hotline, el primero de una serie de eventos interactivos concebidos por Amour à Trois, el trío de directores artísticos Lavender May, Felix de la Nuit y Yerko. No fue una velada cualquiera, ya que las reglas del juego estaban claramente definidas y se trató de un evento que buscaba difuminar las fronteras entre el espectador y el espectáculo.
Participar fue fácil, pero también formaba parte del atractivo. Las reservas de entradas en línea eran obligatorias, pero la guinda del pastel fue la opción de personalizar la experiencia con antelación a través de la cuenta de Instagram de Hotline. Se formularon una serie de preguntas divertidas, a las que se respondió mediante un mensaje directo, para discernir la personalidad del participante.
Al entrar, los invitados recibían pulseras con códigos de colores (rojo, azul o amarillo) que no solo actuaban como accesorios elegantes, sino como canales para una experiencia personalizada. Estos identificadores de « personalidad misteriosa » se convirtieron en la clave para acceder a una velada diseñada solo para ti.
Lejos de ser una idea estética de último momento, las pulseras de colores sirvieron como canales directos hacia los actores de la noche. Les Amuse Girls, una popular troupe de artistas burlescas, adaptaron sus interacciones al color de tu muñeca. ¿Si te pusieras de azul, te harías la difícil? ¿Amarillo? Enviaría señales contradictorias. ¿O rojo? Te convertiría en el centro de su mundo.
¿La emoción inaugural de la noche? Entrar a la enigmática « Sala de la Curiosidad » exigía un juego de manos social: había que forjar alianzas improvisadas con otras dos personas, ya fueran caras conocidas o nuevos compañeros, cada uno con una pulsera de un color diferente al tuyo para poder entrar en este santuario exclusivo, donde uno de los tres artistas secretos aguardaba en el centro del escenario: la tragafuegos Mini Azur, la artista de circo Maggie Chan y la bailarina draglesque Miami Minx.
En el interior, se te pedía que eligieras uno de los tres teléfonos, cada uno de ellos con el mismo color que tus pulseras. Cuando te acercabas el auricular al oído, una voz seductora revelaba tu « personalidad misteriosa » (¿Azul? Sensual y misterioso. ¿Amarillo? Rebelde. ¿Rojo? Audaz y vivaz) antes de invitarte a verbalizar una fantasía personal que te gustaría ver manifestada en la siguiente y fascinante entrega de Hotline.
Posteriormente, se invitó al público a descender a Velvet, el bar clandestino de Auberge Saint-Gabriel, donde Lavender May y Les Amuse Girls desataron sus deslumbrantes espectáculos burlescos.
En medio de esta atmósfera eléctrica, los juerguistas se rindieron a los ritmos hipnóticos pinchados por un conjunto de grandes DJ – Andrew Pololos, Anthony D’Urbano, Laura Scavo y Yerko – bailando sucio toda la noche hasta el olvido eufórico.
Entonces, ¿por qué Hotline fue algo más que un capítulo más del legendario Libro de la vida nocturna de Montreal? Porque fue un experimento social que ofreció un nivel emocionante de interacción personal y compromiso artístico. Fue una celebración de la individualidad, un lugar donde hacer conexiones significaba forjar algo significativo y mágico.
Entonces, si alguna vez sentiste la necesidad de romper el ciclo de eventos sociales rutinarios y sumergirte en una odisea sexy diseñada solo para ti, digamos que Hotline fue y seguirá siendo tu llamado definitivo a la aventura.
Crédito de la imagen destacada: Lady Lune | © Karel Chladek
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